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(Fuente: NaturalNews) Como si no hubiera ya suficientes razones para evitar los alimentos modificados genéticamente, una nueva investigación ha descubierto que están vinculados con la leucemia y la anemia. El estudio encontró que el Bacillus thuringiensis (Bt) en semillas de bioingeniería tiene un efecto adverso sustancial sobre las células sanguíneas y la proliferación de células de médula ósea. Incluso en la dosis más baja, los efectos se consideran virulentos para la salud celular.

El Bacillus thuringiensis se encuentra de forma natural en el suelo y se ha utilizado como insecticida foliar desde la década de 1960. Los agricultores rocian sus cultivos con las bacterias, y, cuando los insectos los consumen, la bacteria provoca la ruptura de sus estómagos. Sin embargo, su uso no se ha limitado al de insecticida tópico.

Monsanto pensó que sería rentable empalmar un gen de Bt con maíz, soja y algodón, de manera que la bacteria estuviera dentro del tejido celular. La corporación y la Agencia de Protección Ambiental afirmaron que la toxina sería destruida en el tracto digestivo de los mamíferos. Sin embargo, los médicos del Hospital de la Universidad de Sherbrooke en Quebec, Canadá, descubrieron la toxina Bt en el 93% de las mujeres embarazadas (que en total eran 30), el 80% de la sangre del cordón umbilical de sus bebés y el 67% de las mujeres no embarazadas (39). Teniendo en cuenta que esta toxina está vinculada con el cáncer, el autismo, alergias alimentarias severas y enfermedades autoinmunes, estos resultados son francamente aterradores.

Por si esto fuera poco, según Journal of Hematology & Thromboembolic Diseases, investigadores del Instituto de Ciencias Biológicas de Brasil demostraron que la Bt daña tanto los glóbulos rojos como la producción de de glóbulos blancos de los mamíferos. Los científicos alimentaron ratones con diferentes cantidades de la toxina y descubrieron que, incluso después de una sola dosis, se habían producido irregularidades en la sangre, como la anemia, y daños en las células de la médula ósea.

Según Sayer Ji de GreenMed Info: «Lo que el nuevo estudio reveló es que la toxina Bt son capaces de dañar las células de los mamíferos, particularmente los glóbulos rojos, de lo que se derivó un daño importante en los eritrocitos, con resultado de anemia. Además, las toxinas Bt suprimieron la proliferación de células de la médula ósea, creando patrones de linfocitos anormales que se corresponden con algunos tipos de leucemia.»

El equipo de investigación, concluye: «Teniendo en cuenta el mayor riesgo de exposición humana y animal a niveles significativos de estas toxinas, especialmente a través de la dieta, nuestros resultados sugieren que otros estudios son necesarios para aclarar el mecanismo implicado en la hematotoxicidad en ratones y establecer los riesgos toxicológicos para los organismos no objetivo, especialmente mamíferos, antes de concluir que estos agentes de control microbiológico son seguros.»