Skip to main content

La escala de riesgo TiC-Onco permite identificar a los pacientes oncológicos que desarrollarán un evento de tromboembolia venosa durante los 6 primeros meses después del diagnóstico de cáncer, según un nuevo estudio publicado en British Journal of Cancer.

En entrevista con Medscape en Español, el Dr. José Manuel Soria, responsable de la Unidad de Genómica de las Enfermedades Complejas, en el Institut de Recerca (IIB) del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y uno de los investigadores principales del estudio, comentó que la herramienta permite evaluar de forma más precisa el riesgo de tromboembolia venosa en pacientes oncológicos.

Esta herramienta ha sido desarrollada por investigadores del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, y el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en Madrid, España, y de acuerdo con estimaciones podría reducir las complicaciones en 50% a 70% y mejorar la calidad de vida. Se realizó a partir de un estudio ONCOTHROMB, un esayo multicéntrico y prospectivo, que ha estado codirigido por el Dr. Andrés Muñoz, coordinador de la Sección de Trombosis y Cáncer de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, con el apoyo de la Sección de Trombosis y Cáncer de la SEOM y la colaboración de las compañías farmacéuticas Ferrer y Leo Pharma.
Un algoritmo pronóstico

La nueva herramienta diagnóstica se basa en una fórmula matemática que incluye cuatro variantes genéticas relacionadas con los factores de coagulación que, se combinan con factores clínicos de riesgo, como la historia familiar de tromboembolia venosa, el tipo de tumor, la etapa de la enfermedad y el índice de masa corporal.

El resultado del algoritmo permite determinar el nivel de riesgo de cada paciente, que puede ser alto, moderado o bajo.

El Dr. Muñoz agrega: «Es sumamente importante mejorar las actuales herramientas diagnósticas para identificar con precisión a los pacientes con alto riesgo trombótico, y así poder administrar anticoagulantes únicamente a pacientes con una relación riesgo-beneficio favorable. Esperamos que los resultados de nuestro proyecto contribuyan a personalizar la toma de decisiones relativas a tromboprofilaxis y, en definitiva, a reducir las elevadas tasas de morbimortalidad relacionadas con la trombosis en pacientes oncológicos».

Al respecto, el Dr. Soria detalla que la herramienta de la que disponen los oncólogos actualmente para predecir el riesgo de trombosis en sus pacientes es la puntuación de riesgo de Khorana «y su capacidad predictiva es realmente baja, pero es lo único que tienen». A su juicio, «nuestro enfoque es innovador ya que utilizamos una estrategia basada en la integración de datos clínicos y genéticos para desarrollar una herramienta de medicina personalizada».
Sobre el estudio

Según los datos disponibles actualmente, aproximadamente 20% a 35% de los pacientes con cáncer avanzado o metastásico pueden desarrollar una tromboembolia venosa en el transcurso de su enfermedad. Asimismo, se sabe que la trombosis es de las principales causas de muerte en pacientes con cáncer después del propio tumor y que, además, los tratamientos como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la hospitalización y la inmovilidad aumentan el riesgo de sufrir una trombosis asociada al cáncer.

El estudio analiza datos de 400 pacientes durante un periodo de seguimiento de 18 meses y revela que el periodo de mayor riesgo de sufrir una tromboembolia venosa asociado al cáncer se sitúa alrededor de los 6 meses tras el diagnóstico.

Los criterios de inclusión fueron: Pacientes mayores de 18 años con diagnóstico reciente de cáncer de pulmón, colorrectal, esofagogástrico o pancreático, con valores de entre 0 y 2 de la escala ECOG/WHO/Zubrod y candidatos para quimioterapia sistémica ambulatoria según las guías estándar. Además, los participantes no deberían estar bajo terapia de tromboprofilaxis ambulatoria, considerada obligatoria por el oncólogo tratante.

La puntuación de riesgo de Khorana (herramienta de referencia) y la nueva puntuación de riesgo TiC-Onco (herramienta de índice) se calcularon para cada paciente en el momento del diagnóstico inicial y se comparó su precisión en términos de predicción de los eventos de tromboembolia venosa observados.

Según los resultados, la escala de riesgo TiC-Onco fue significativamente mejor para predecir la tromboembolia venosa respecto a la puntuación de riesgo de Khorana (área bajo la curva: 0,73 frente a 0,58; sensibilidad: 49% frente a 22%; especificidad: 81% frente a 82%; valor predictivo positivo 37% frente a 22%; y valor predictivo negativo: 88% frente a 82%).

También, otro de los datos estadísticamente significativos que pone sobre la mesa este trabajo es que los pacientes oncológicos que presentan una tromboembolia venosa tienen un peor pronóstico y una mortalidad más elevada. En concreto, se pudo comprobar que la tromboembolia venosa incrementó la mortalidad de estos pacientes de un 11% a un 31%.

Igualmente, se pudo estimar que entre un 50% y 70% de los casos de trombosis en los pacientes con cáncer se podrían evitar con los tratamientos preventivos adecuados que evitarán su aparición y, por lo tanto, se conseguirá mejorar las complicaciones y la calidad de vida de los pacientes.

Hay que señalar que esta complicación es más propia de diferentes tipos de cáncer (pulmón, páncreas, estómago, riñón, ovario, colorrectal y cerebro).

Estos datos son relevantes ya que, según datos aportados por la European Society of Medical Oncology (ESMO), la mayoría de oncólogos subestima la prevalencia de la tromboembolia venosa y su impacto negativo en sus pacientes.
Riesgo de trombosis en oncología, investigación futura

El equipo de investigación del Dr. Soria ya había identificado previamente el perfil genético de riesgo de trombosis, «pero lo hemos utilizado en la población general y, de hecho, ya se está utilizando en la práctica clínica en personas que tienen familiares con antecedentes de trombosis».

Según detalla el Dr. Soria a Medscape en Español, esta firma genética incluye un total de 7 variantes que confieren riesgo de trombosis. Se trata de «proteínas disfuncionales que alteran la cascada de la coagulación. Es decir, que tiene mucho sentido biológico».[2] En el presente estudio se seleccionaron 4 de estas variantes —las que tenían más peso en el riesgo—.

«La parte más innovadora del diseño de este estudio es que nos planteamos la hipótesis de que si en la población general, estos factores genéticos aumentan el riesgo de trombosis. ¿Qué pasará en la población que ya tiene situaciones clínicas protombóticas, como es el cáncer y la quimioterapia? Entonces, partimos del perfil genético que ya tenemos desarrollado y lo hemos aplicado en el cáncer».

Ahora, entre los próximos pasos en esta línea de investigación destaca la validación internacional de los resultados. Para ello, los investigadores están trabajando en colaboración con el grupo de la Dra. Ingrid Pabinger, profesora de la División Clínica de Hematología y Hemostaseología, de la Medical University of Vienna, en Viena, Austria, que dirige el proyecto Vienna CATS (Vienna Cancer and Thrombosis Study),[3] que es un referente mundial en el campo del cáncer y la trombosis.

Este trabajo fue apoyado por Leo Pharma, Ferrer inCode, Fundación Josep Carreras, Sociedad Europea de Cardiología, y la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia. El Dr. Andrés Muñoz, el Dr. José Manuel Soria y el Dr. Eduardo Salas son inventores en una solicitud de patente que reclama el uso de TiC-Onco. El Dr. Andrés Muñoz y el Dr. José Manuel Soria han declarado que recibirán regalías por otorgar el derecho a Gendiag.exe de ser el cesionario de esa solicitud de patente. Israel Ortega y Eduardo Salas son empleados de Gendiag.exe. El resto de los autores no han declarado conflicto de intereses.

Fuente: https://espanol.medscape.com